Érase una vez Extremadura

Los que llegan, encontrarán un fleco de colonización que ofende: la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura, vive secuestrada en su tierra, y sigue perteneciendo a la diócesis de Toledo. Este despropósito histórico mortifica y debe subsanarse. La Virgen es universal, no de Toledo. Pertenece al mundo, pero surgió de un surco en Guadalupe, vive en Guadalupe y nunca salió de Guadalupe. Encareced a Toledo que, en acto generoso, devuelva a la Virgen sus papeles en regla y el pasaporte extremeño.

Será determinación de los que llegan concluir este "Érase una vez" con un final de cuento de hadas: érase una generación que acabó para siempre con el espíritu desunido, que desestrechó la tierra, que nació en Cáceres y deseó morir en Cáceres, que hizo posible que Badajoz fuera tierra de Dios y que reivindicó el discurso machadiano: lo que no ha hecho el pueblo está por hacer.

Una generación que desbroce cominos sin olvidar mirar hacia atrás, de cuando en cuando, para mejor conocer de donde viene: todo pasado es prólogo.

"Y lamentando escandalizar a alguno, esta es una historia para disfrutar, o reduciendo el posible escándalo, para aprender disfrutando"

Enrique Knör
VICERRECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE EUSKADI